La cognición se refiere a las
funciones psíquicas que nos permiten analizar lo que nos rodea. Gracias a ella
aprendemos, reflexionamos y tomamos decisiones basadas en un razonamiento. La
cognición es la atención, la concentración, la orientación, la memoria… y tiene
muchos usos: desde algo sencillo como descifrar un mensaje hasta cosas más
complejas como organizar un viaje con tus amigos.
Algunos problemas cognitivos
son transitorios y reversibles, la amnesia postraumática que sigue al despertar
de un coma. Otros pueden condicionar la autonomía de la persona de forma
permanente. Por ejemplo, si afectan a la orientación espacial la persona
afectada tendrá problemas para ubicarse: saber dónde está o hacia dónde se
dirige. Esta situación puede coexistir con las funciones motoras, sensoriales y
de comunicación intactas; lo que transmite una engañosa impresión de autonomía
y de salud que no se corresponde con la realidad.
Es muy habitual también que las
personas con DCA tengan una conciencia muy reducida de sus secuelas y de las
implicaciones de las mismas, llegando a asegurar que están en perfecto estado.
Esto genera tensiones en el círculo familiar; que trata de proteger a la
persona afectada de iniciativas que pueden ser irresponsables dada la nueva
situación. Volver a conducir o a trabajar son dos casos típicos de actividades
que producen este conflicto.
Comunicación
La comunicación a través del
lenguaje verbal o escrito se ve habitualmente afectada si se producen lesiones
en el hemisferio dominante (por lo general, el izquierdo) Pueden surgir
dificultades para comprender el lenguaje verbal (afasia de predominio sensitivo) o ser incapaz de leer (alexia) o tener dificultades para emitir un lenguaje comprensible para
quienes le rodean (afasia de predominio motor).
Otras veces los problemas son más específicos y
la persona no es capaz de nombrar objetos cotidianos (anomia) Los
trastornos del lenguaje no suelen presentarse aislados, si no que lo hacen
asociados. En algunos casos predominan los problemas de comprensión y en otros
los de expresión.
Son muy habituales los
trastornos de la articulación del habla, en los que la persona no es capaz de
encontrar los puntos de articulación de los diferentes fonemas, por lo que la
inteligibilidad de su discurso puede verse severamente afectada. Es lo que se
llama disartria. Otras veces, es la emisión de la voz lo que genera problemas
(disfonía) y la persona con DCA sólo logra producir un pequeño susurro para
comunicarse.
Es importante destacar, que al
igual que se pueden tener sólo problemas cognitivas, es posible tener tan sólo
problemas de comunicación. Estos son más evidentes, pero es habitual que en
personas con afasia sus habilidades cognitivas permanezcan intactas; sin
embargo, se enfrentan a una gran incomprensión social.
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